sábado, 28 de junio de 2008

FORTALEZA



Su opuesto es

El mundo es de los valientes.

Ser valiente es una forma de ser fuerte. Eso no significa que busques riesgos innecesarios ni que participes en circunstancias peligrosas. Se trata, más bien, de salir adelante en los desafíos que te pone la vida y en superar los obstáculos que van apareciendo en ella manteniendo tu integridad de cuerpo y alma, logrando que sean cada vez más poderosos y resistentes. Las personas débiles se dan fácilmente por vencidas y se cansan rápidamente de luchar. ¿Qué ocurre con ellas? Pues se dejan arrastrar por la vida como un pequeño trozo de papel en medio del mar. Las personas cobardes simplemente se ocultan en un rincón y evitan arriesgarse por las cosas que les importan más. Allí se quedan siempre, su vida no se transforma, ni logran cumplir sus ilusiones. En el fondo no confían en sí mismas ni en su capacidad de lograr lo que se proponen. Las personas mal templadas andan a la deriva, expuestas a sus emociones y al mundo exterior.



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domingo, 15 de junio de 2008

Ballet del Teatro Mariinsky de San Petesburgo



El Ballet del Mariinsky muestra a sus jóvenes figuras en el estreno de «El corsario» en el Teatro Real

La columna vertebral del Ballet del Mariinsky es, sin duda, la escuela Vaganova, que toma su nombre de la bailarina y maestra Agripina Vaganova, que a partir de los años treinta desarrolló un sistema de enseñanza que ha sido ejemplo para las grandes compañías del mundo, y que consolidó el crecimiento de la escuela rusa. «La escuela Vaganova es el manantial del que salen nuestros artistas, y su peso es la historia que lleva detrás», dice Vaziev.



El Teatro Real levanta hoy el telón de su nueva temporada (la décima) con la visita del Ballet del Teatro Mariinsky de San Petersburgo, una de las grandes compañías de la historia de la danza. El conjunto, que tiene más de doscientos cincuenta años de vida, es un auténtico museo vivo de la historia del ballet, ya que es el principal depositario de una tradición que tiene como columna vertebral su escuela, la escuela Vaganova. Será ésta la segunda visita del Mariinsky -que ha perdido definitivamente el nombre de Kirov con el que se le conoció durante la época de la Unión Soviética y aun varios años después de que ésta cayera- al Teatro Real, donde ya estuvo hace siete años.


Pero si entonces presentó un programa alejado de su tradición, con coreografías de Fokine creadas lejos de Rusia, en este caso ofrece uno de los grandes títulos del repertorio: «El corsario». Se trata de un ballet apenas representado -no se tiene noticia de que se haya interpretado anteriormente nunca en Madrid, y es casi también novedad absoluta en España-, pero que conocen bien los aficionados al ballet, ya que uno de los pasos a dos más célebres y más interpretados -no hay gala clásica en la que no aparezca- proviene de «El corsario»; curiosamente, en el original no se trata de un paso a dos, sino de un paso a tres, que bailan los dos protagonistas masculinos, Conrad y Alí, junto con la protagonista femenina, Medora.
(copiado de DANZA BALLET)
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